Novelas de Muse


No fue hasta el término de mi turno, cuando Marco pasó por mi, que dejé de debatir entre devolver o no, las pastillas a donde pertenecían. Mientras el terapeuta caminaba a mi lado hablándome sobre su día, yo pensaba en dos cosas. La primera era Christian y sus hermosos ojos verdes. La segunda era si debía ir esta noche al bunker o dejar de lado un poco mi sobreexposición.

—¿qué dices? —preguntó Marco.

—¿sobre qué?

—sobre tomar un café aquí en la cafetería de JJ—explicó—pensaba en invitarte a la cafetería de la esquina, pero mi siguiente turno empieza en sólo media hora.

—Ah—dije sin emoción—aquí está bien, descuida.

Por un lado estaba bien tomar un café con Marco ahí, eso significaba que el tiempo juntos sería escaso y por otro lado, sentía que si no me largaba en ese mismo instante de JJ, terminaría siendo atrapada y encerrada por hurto de psicotrópicos.

—Y dime Clo—preguntó luego de que nos sentamos y ordenamos nuestros cafés—¿te está tratando bien este lugar?

Le sonreí ante su detalle de preocupación y es que así era Marco, siempre atento. Pero siempre era con segundas intenciones. Lo conocía prácticamente desde toda la vida y al ser terapeuta no le costaba ni en lo más mínimo utilizar sus armas de persuasión con las personas.

Y desde que yo había entrado a trabajar en JJ, Marco se deshacía en preocupaciones por mí. Todo era culpa de mi padre, él había sido quién le pidió a Marco tenerme vigilada “por si yo necesitaba algo” y al parecer él estaba confundiendo las cosas. Yo sabía perfectamente por qué Marco se hacía el atento conmigo y eso era porque yo era una de las herederas de JJ.

—Bastante bien, es como mi hogar—dije echando por la borda su plan de guardián de la bahía.

—lo dices ahora que ha sido un lugar casi parecido al cielo—lanzó—esto se vuelve un caos y todo el mundo necesita de mi para calmarlos.

—¿ah, si? —traté de ponerle impresión a mi tono, pero creo que salió falso.

—Sí, es por eso que estoy haciendo turnos dobles—esperó por alguna señal de mi parte—JJ estará bajo estrés.

Lo miré fijamente tomando algo de café. Estaba “impresionada” por su amor al trabajo y a él mismo. Entonces le pregunté para no ser descortés. Él estaba pagando por mi café.

—¿por qué lo dices?

—Este viernes llegan cuatro pacientes nuevos a JJ—sus ojos se iluminaron cuando se sintió el centro de la atención—llegan al pabellón 54. Al parecer son realmente peligrosos y necesitamos estar en orden para cuando lleguen. Será de locos ¿me entiendes? De locos.

Su sentido del humor era tan pobre como su insipiente barba.

—¿y? —pregunté, porque la verdad es que no entendía donde calzaba yo en todo eso.

— Te lo digo por si ellos se salen de control —se mostró nervioso—ya sabes… corren por tu pabellón y realmente entras en pánico. Ya sabes que puedes contar conmigo.

Ok, eso no iba a suceder.

Lo miré con una cara de profunda confusión y hasta creo que estaba haciendo una mueca de asco, pero mi padre vestido de blanco, entrando por la cafetería se llevó lejos la conversación que acababa de tener con el terapeuta ahí presente.

Mi padre era simpatizante de Marco, lo veía como su futuro yerno y el hombre que me haría feliz junto a una buena estabilidad económica. Insistía e insistía en que me fijara en Marco, en que fuera más amable con él y que lo invitara a salir con mis amigos. Antes le besaría el trasero a un papión que salir con Marco.

Lo saludé con la mano y caminó hacia nosotros sonriente.

—Hola cariño—dijo dándome un beso en la mejilla—¿qué tal Marco?

Ese palmoteó en la espalda que le dio mi padre al terapeuta me pareció demasiado intimo. Bufé.

—¿estás de descaso? —Le preguntó mi padre—disfrútalo mientras puedas, este fin de semana será…

—un caos—completé, ya algo harta de la atención que le daba mi padre a ese tipo—quizás podrías traerle algo para comer a Marco esos días.

—Oh, Clo, ahora que lo mencionas—dijo mi padre sonriéndome, él sabía que Marco no era de mi agrado—podrías ir a cenar este jueves, Marco. A Elie le encantará tenerte en nuestra casa.

—¡¿qué?! No...

¡Mierda!

—¿mamá no tiene turno esa noche? —pregunté ya que mi tono alterado les llamó la atención.

—No, no que yo sepa—mi padre mi miró feo—te esperamos, Marco. Mi casa es tu casa.

—Gracias señor Lefevre—dijo él patéticamente.

—sólo llámame Fernard.

Bang bang de Nancy Sinatra sonó en mi bolso y le agradecí a Adi por ser tan buena amiga. Me disculpe con mi padre y Marco para levantarme e irme rumbo al pasillo.

—Las tengo—contesté mi teléfono diciendo antes de que ella preguntara—y te las daré esta noche cuando pases por mi.

—cambio y fuera—sonó del otro lado.

Antes de irme a casa decidí pasar por el despacho de mi abuelo, me pesaría la conciencia más tarde si no lo hacía. Golpeé la puerta avisando de paso que era yo quién estaba detrás, él inmediatamente me hizo pasar.

Estaba estudiando unas fichas médicas con mucha concentración y no me era de extrañar que estuviera así desde muy temprano. A sus ochenta y siete años llevaba el hospital de maravillas, claro que eso no quitaba el hecho de que el dinero para su mantención no era lo mismo que hace algunos años.

—Sólo paso a saludarte abue—dije dándole un beso en la mejilla fría—no quiero interrumpirte.

—Jamás interrumpes, pajarito—me dio una sonrisa—¿ya te vas a casa?

—sí, quiero ir a casa a dormir un poco—bostecé—no he dormido bien últimamente.

—Estarás enamorada—adivinó.

La frase me llegó como balde de agua fría, no me esperaba nada sentimental en relación con mi extraño insomnio.

—espero que no sea de ese chico presumido, pajarito—advirtió—te cortaría las alas.

Soplé hasta que mi flequillo se elevó, disgustado ante el recuerdo de Marco.

—¡oh, no! —Exageré—no estoy enamorada y si lo estuviera no sería de él.

Porque para estar enamorada se necesitan dos ¿cierto?

—entonces estas estresada, pajarito—opinó—debe ser eso. Pequeña si no te agrada trabajar aquí, sólo dímelo y te daré dinero cuando lo necesites, sin que tu padre se entere.

—Gracias abue, pero no—rechacé la suculenta oferta—sé que el dinero está escaso por estos días y que el gobierno sustenta esto en una gran parte. Además mi padre me volvería loca si me ve vagando por los rincones del valle.

—sí…—suspiró—antes la gente con dinero dejaba sus problemas aquí, ahora se hacen cargo de ellos y nosotros sólo somos transitorios. En fin, pajarito, ve y descansa.

Le di un beso en la frente susurrándole que él también debería descansar y me fui rumbo a mi bicicleta. Realmente necesitaba dormir, estaba tensa, mis músculos estaban rígidos por el temor de ser pillada llevando medicamentos del hospital.

Cuando llegué a casa, mi abuela estaba dormida en el sofá y Bastian miraba el refrigerador analizando que, de lo poco que quedaba, podía zamparse.

—¿Qué hay? —le pregunté.

—Mmm…algo de lechuga y un poco de queso—me miró fijamente—pediré pizza, creo que sólo tengo para la mitad. ¿Podrías poner la otra?

—¿podrías trabajar? —pregunté sacando dinero de mi billetera—iré a dormir. Cuando estés comiendo pizza, recuerda que la mitad es mía.

—eres la mejor hermana que alguien puede tener.

Caí rendida sobre mi cama y creo haberme dormido antes de concentrarme en hacerlo. Lo último que pensé fue en Christian y sus hombros tonificados. Sus manos grandes agarrándome por la cintura para posar suavemente sus labios en los míos.

Sólo abrí mis ojos cuando Bastian entró de manera violenta a mi habitación y gritó que la cena estaba lista. Odiaba cuando de buen humor para meterse conmigo, le lancé una almohada, pero fue más rápido que mi somnolienta fuerza.

Papá aún no llegaba del hospital y el abuelo decidió comer su cena junto a la abuela en la habitación. Mi madre me dio un rápido saludo antes de tomar su bolso y salir por la puerta, ella tenía turno esa noche, por lo tanto la cena sería sólo entre mi hermano y yo. Bastian llevó su plato a su habitación y a mi no me quedó más remedio que comer sola frente a la televisión.

Para cuando terminé de cenar, el auto de Adi ya tocaba la bocina fuera. Rápidamente me arreglé el cabello, miré mi atuendo y cogí las pastillas de mi bolso, ocultándolas en el bolsillo trasero de mis jeans.

—Aquí están—se las lancé a Adi cuando me senté en el asiento del copiloto—espero sirvan.

Ella las revisó sacándolas de la caja. Se veía muy bella con el reflejo del sol ocultándose, le daba un tono sepia a su piel crema. Su cabello estaba peinado en una trenza que a mi parecer se había hecho la noche anterior y llevaba poco maquillaje.

—sí, están bien—asintió—vamos a ser millonaria Clo, tendremos el mundo a nuestros pies y seremos más famosas que Britney Spears rapándose.

—No seas ridícula—me reí—me conformo con tener a Christian.

—eso es lo que amo de ti, tu proyección—ironizó—tus ansias de surgir.

—hoy vi a Marco—cambié el tema para no sur blanco de sus burlas. Sabía cuanto le gustaba y se le olvidaría inmediatamente mi futuro—tomamos un café.

—¡oh, Dios! —Se emocionó—¿se veía caliente?...¡¿qué digo?! Él siempre se ve caliente. ¿Sigue soltero?. ¡Oh, esos ojos pardos y ese poco vello facial! ¡Me matan!

—Papá lo invitó a cenar este jueves por la noche, estás cordialmente invitada también—le giñé un ojo—me serás útil. Podrías acercarte a él esa noche y mostrarle lo maravillosa que eres con el trafico de drogas.

Ella se echó a reír y puso el auto en marcha.

—¡Clo! —Exclamó—tu sabes que Marco muere por ti.

—y yo me muero antes de tener algo que ver con él.

—sí—asintió—es molesto como un grano en el trasero, pero podría darte el mundo.

—Adi, el mundo es demasiada responsabilidad.

Llegamos al bunker y morí del impacto. Christian estaba ahí sentado junto a su grupo de amigos, bebiendo una cerveza y conversando sólo con chicos. Mi corazón reaccionó de inmediato, mis latidos eran una radar que me indicaban que el tesoro estaba justo frente a mis ojos.

—lo haré por ti—dijo Adi—pero no me gusta en lo absoluto.

—¿el qué?

—atraer a Christian hacia ti.

Antes de que yo pudiera realmente entender que era lo que Adi había dicho, ella ya se estaba acercando a algunos chicos. Me bajé y caminé nerviosa hasta un grupo de chicas menores, aun estaban en la escuela y me quedé conversando con ellas sin despegarle ojo a mi amiga.

Ella se paseaba de un grupo a otro hablando con la gente precisa, le daba una pastilla y recibía el dinero a cambio. Las manos me sudaban a medida que veía una pastilla tras otra siendo entregada.

Cuando realmente entré en pánico fue una hora y tres cervezas más tarde. Vi a Christian alejarse sigiloso de su grupo, actuando con una distracción digna de un Oscar. Se acercó a paso lento y relajado a mi amiga para comenzarle a hablar.

Me quedé inmóvil viendo como su belleza iluminaba los árboles y mi respiración se sentía ligera con tan sólo verlo ahí a metros de mi cuerpo.

Él le habló a Adi, ella lo escuchó y luego negó con su cabeza. Él le hizo un amago de asentimiento y Adi hizo lo peor que pudo haber hecho porque Christian me vio, me miró y centró sus ojos en los míos. Adi, me señaló.

¿Qué había sido todo eso?

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3 Responses so far.

  1. Jess says:

    Soy la primera ......siiiiiii
    Ese Marco traera problemas????? parece muy interesado en Clo pero siento q es con terceras intenciones jejeje y porfinnnnn Christian observo por primera vez a CLo, lo q no me gusta es q Clo ande practicamente mendigando la atencion de él, pero algo bueno tiene q pasar o no? jijiji espero el prox cap. :D

  2. Laura says:

    Hay Clo ese Marco se ve q esta muy interasado x ella y el papá le gustaria q ella le hiciera caso lastima xq el se ve q es buena persona pero a ella no le interesa nada,y esos pasientes q van a llegar yo creo q van a causar muchos problemas y sobre todo a ella,y ahora se llevo las pastillas dobde estaba Christian y él fue a buscar a la amiga de Clo y cuando le pregunto algo la señalo a ella,ahora q pasara y le hara caso Christian o q, pero no me gusta q ella busque la manera q el le haga caso a ella cuando seguro q a él no le intersa nada solo x las pastillas,veremos q pasa en el siguiente capitulo y hay sabremos q va a pasar con ellos!

  3. Anamileth says:

    Oh Dios, Oh Dios
    Pofin van a hablar! jaja de una manera más decente, me refiero.
    Marco no me cae tan bien. Supongo que es su actitud, no lo sé pero apuesto a que las cosas se van a poner más interesantes en el próximo capítulo!
    Por cierto, me gustaría que subieras una foto de Adi... me encantaría ver que apariencia tiene!

    Un beso